El III Intercambio entre promotores/as del Programa de Servicio social
del Centro Lavastida, se realizó del 30 de octubre al 1 de noviembre.
Tuvo como escenario principal la Villa “Los mamoncillos” y el entorno de
la playa “Verraco” en Santiago de Cuba. El mar Caribe, y el ecosistema
costero, fueron testigos de todo, desde las celebraciones litúrgicas
hasta el debate en los grupos y el disfrute en armonía. Desde
Guantánamo, Granma y la provincia anfitriona llegaron 15 promotores
de conservación de alimentos, 12 de permacultura, 17 agroecólogos, 7 de
ecología y 5 personas del equipo de coordinación del Programa de
Servicio. El intercambio de experiencias comenzó, con el recorrido por
tres sistemas de permacultura: El Mirador, El Pilar y El nuevo San
Juan: donde se constató en el terreno, las buenas prácticas
implementadas de agroecología, saneamiento ecológico, el manejo adecuado
del agua y el suelo, el uso eficiente de la energía humana y la energía
alternativa, así como, las construcciones ecológicas, la
experimentación y los beneficios integrales de las familias
permacultoras. Todas refirieron bienestar e incremento en su calidad
de vida. En un segundo momento la facilitadora Maria Rosa León,
promotora del proyecto Tierra Viva en Manzanillo, compartió los
excelentes resultados obtenidos con el uso de microorganismos
eficientes, en su patio de referencia nacional, que ostenta la triple
corona de la agricultura urbana. Entre comentarios preguntas y
sugerencias, transcurrió el tiempo de exposiciones de los promotores que
mostraron en sus presentaciones: las buenas prácticas que realizan
concernientes a la recuperación del suelo, las experimentaciones
implementadas, cómo logran la sostenibilidad y sustentabilidad en sus
espacios productivos, las líneas de comercialización y obtención de
ingresos por otros conceptos, además de los cambios positivos que se
han producido en sus vidas a partir de su compromiso con el cuidado del
planeta. Los conservadores de alimentos expusieron los buenos
resultados que les proporciona la práctica de hábitos alimentarios
saludables, las técnicas de conservación de alimentos y semillas que
aplican por métodos naturales y la cantidad de familias alcanzadas
con su labor promocional, además los beneficios que reciben, en
ingresos por concepto de ahorro y comercialización. Los ecólogos
expresaron el trabajo de las Redes donde accionan, evidentes en un
ligero mejoramiento del entorno ambiental de las zonas donde inciden,
enfatizando en el trabajo de sensibilización ecológica con las nuevas
generaciones Todos coincidieron en los grandes desafíos que afrontan en
un contexto de cambio climático acelerado y de insuficiente
percepción de riesgo por parte de la población de las comunidades. Con
un abrazo colectivo y mucha espiritualidad, presente en todos los
momentos del evento, culminó este intercambio donde se reafirmó el
compromiso de cuidar este planeta donde vivimos, soñamos y amamos.
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