Se dialogó en
torno a la temática “El paradigma ecológico frente al cambio climático: una
opción por la vida”. Acudieron a la cita, personas del ámbito científico, eclesial
y ecuménico, pertenecientes a denominaciones e
instituciones científicas y académicas diversas.
Como en ocasiones anteriores la propuesta fue variada e interesante. La
conferencia inicial realizada por el Dr. Claudio Carracedo, profesor de la
facultad de ciencias agrícolas de la Universidad de Oriente, resultó motivadora
y desafiante. El tema de la misma “Necesidad de la sustentabilidad en los
agroecosistemas” atrajo la atención de los presentes y el intercambio de ideas
y experiencias no se hizo esperar . Algunos de los comentarios expresados por
el público se refirieron: a la necesidad de transformar sus prácticas tradicionales
con acciones y comportamientos que contribuyan al equilibrio armónico y
dinámico de las especies, con los recursos de su entorno y a la
necesidad de aunar esfuerzos en función de asumir un modelo de vida diferente
que se corresponda con paradigmas civilizatorios que promuevan la horizontalidad,
la equidad, la inclusión y la armonía con la Naturaleza. Después de compartir
un sinnúmero de criterios coincidentes, con que el cambio climático
antropogénico demanda un accionar urgente, pero con conciencia y organizadamente.
Las ansiedades y el calor que provoca un tema como este fueron calmadas
con un refrescante refrigerio, cediendo
lugar este momento a la exposición de trabajos en tres tribunales
diferentes: científico –técnico, bíblico teológico y de prácticas comunitarias.
Se presentaron un total de 16 trabajos y se otorgaron dos premios únicos y una
mención. En el tribunal científico –técnico resultó ganadora la Dra. Especialista
en medicina general integral Liudmila Risset
Castro Andión, con su ponencia “Rehabilitación emocional y funcional de ancianos tratados con
clima marino”. En el tribunal de prácticas comunitarias el premio le
correspondió a la Licenciada y permacultora Celia Miyar Soca con su trabajo “La
permacultura cambiando nuestras vidas”, este tribunal otorgó además una mención,
al trabajo “La implementación de buenas prácticas de permacultura en función de
mitigar los efectos del cambio climático,” del Ing. Ismael Creagh Paradelo. El
tribunal bíblico teológico decidió declarar el premio desierto, lo cual pone al
descubierto la necesidad de potenciar en
próximas ediciones la capacitación ecoteològica en el público eclesial,
previo al evento, con el fin de que se motiven a presentar trabajos que contengan los parámetros establecidos.
En los momentos finales la Lic. Yindra Salmón Cuspineda, trabajadora
del Centro provincial de meteorología,
compartió con el público el
boletín agrometeorológico y la responsable del área de ecología agradeció a
todas las personas involucradas en la realización de este evento. Con sonrisas, aplausos y regalos, culminó esta jornada pero sobre todo con la
certeza de que juntos y juntas podemos
restaurar este hermoso planeta.
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